Fijación del Eneatipo 8: Rebelión

«Ojo por ojo, diente por diente, pan por pan.»

(Ley del Talión)

La posibilidad de hacerle pagar a alguien por el daño que causó en el pasado atrae a mucha gente, pero en el Eneatipo 8 es el núcleo de su Fijación o error cognitivo. Habitualmente esta fijación la encontramos como “Venganza”. El problema es que este término, al igual que muchos otros en el Eneagrama, se presta a confusión. Lo que conocemos de manera coloquial como “venganza” estaría en realidad, más cerca del subtipo Sexual del Eneatipo 4, carácter más abiertamente vengativo, cuyo odio se manifiesta a veces en explícitas “vendettas”. 

En este sentido, el Eneatipo 8 no es como tal vengativo, por el contrario, la persona responde airadamente en el momento y rápidamente supera su irritación; es más bien un “ajustar cuentas”, un “quedar empatados” a través de la respuesta inmediata, para luego, seguir con su vida.

El primero que nombra la Venganza como fijación es Oscar Ichazo, que denominaba a este Eneatipo “Ego-Venge» describiéndolo como una persona que busca dominar, dirigir, controlar, premiando a los «buenos» y castigando a los «malos». 

La mayoría de los autores coinciden con el término Venganza, aunque no hacen un análisis exhaustivo de esta fijación.

Para Claudio Naranjo, la venganza implica “rebelión”. Obviamente hay otros Eneatipos que pueden ser rebeldes en distintos grados, pero para el 8, éste es un tema nuclear. Rebelarse le hace sentir que nunca va a ser domesticado, que no van a poder con él. 

Es una posición reivindicativa por la impotencia sentida en la infancia u otros momentos de la vida. A través de ella el 8 se siente justiciero, y a la vez con derecho y autoridad para hacer lo que le parece bien de acuerdo a sus propios valores. La antigua impotencia sentida se compensa ahora con el poder que se puede ejercer en el presente.

La visión del mundo de los 8 es que vivimos en un entorno enfermo de hipocresía y ellos no compran la mentira de que uno va a ser bueno siendo de una determinada manera y desoyendo sus propios impulsos naturales. Rechazan la cultura y la educación impuestas por la sociedad y sienten que quienes se adaptan se convierten en hipócritas. Y ellos prefieren ser vistos como malos, antes que como hipócritas. 

La rebeldía implica necesariamente una actitud punitiva. Todo está impregnado de un sentido de “hacer justicia” lo que lleva a esta personalidad a querer compensar las desigualdades que se dan en el mundo tomándose la justicia por su mano. Aunque, paradójicamente, en esa búsqueda de justicia, a menudo genere más injusticias. Es como si pretendiera cambiar los roles en el mundo y, ante el hecho de haber sufrido frustraciones o humillaciones por parte de otros, hubiera decidido que ahora es su turno, aunque eso signifique causarle también dolor a otros. 

Algo que es interesante, es que no suele existir en el 8 una conciencia clara de este aspecto vengativo, por lo que más de una vez se preguntan por qué la gente les rehuye o les tiene miedo.

Durán y Catalán, emplean el término «Dominio», entendiendo que el 8 busca una posición de poder, reivindicativa, justiciera, vengativa y en contra de la norma.

H. A. Almaas, desde una visión más espiritual, denomina a esta fijación o ilusión específica, «Dualidad»». Para entenderla tenemos que partir del hecho de que la Fijación es una consecuencia de la desconexión de la Idea Santa de Verdad. Como resultado de este proceso, una cosa se percibe como opuesta a otra, y uno de estos opuestos, necesariamente es culpable. La verdad perfecta y amorosa se ha perdido porque alguien ha cometido un crimen o un pecado, y ese alguien debe ser encontrado y castigado. La venganza es en realidad el intento del ego de restaurar por la fuerza el estado original de unidad, y deshacerse así de la culpa y del dolor que ello conlleva. Contraatacamos dañando del mismo modo que fuimos dañados, algo parecido a la Ley del Talión: «Ojo por ojo, diente por diente”.

Esta visión distorsionada hace al 8 percibir este mundo como una jungla donde solo los fuertes sobreviven y donde solo siendo poderoso se puede tener un lugar en él; lo cual lleva a confundir el Ser Verdadero con “ser poderoso”.

Nosotros nos decantamos por Rebelión, como la fijación del Eneatipo 8, ya que, como hemos dicho, los 8 tienen la creencia de que deben rebelarse ante todo lo  injusto y lo impuesto, que ellos viven como opresión o intento de control, y como consecuencia, tienen que acabar ajustando cuentas para compensar el daño sufrido.

Os dejamos un cuadro con las Fijaciones del E8 según cada autor para que lo tengáis a mano:

En el siguiente artículo abordaremos la Fijación del Tipo 1.